Supongo que las mujeres fatales de película no existen.
Que no puedes ir por la calle y encontrarte de frente con una de esas mujeres que camina sobre 10 centímetros de tacón sin tomar biodramina y que además tenga una sonrisa pintada en la cara disimulando el dolor de los preciosos tacones.
De esas que pintan sus labios de rojo y beben en copas sin dejar huella, pero se encargan de con su perfume dejarla en el corazón.
Esas mujeres que saben hacer el nudo windsord y nunca han llevado corbata.
De esas que saben de matematicas, arte, literatura, e incluso entienden de que va la vida, pero prefieren contestar con una sonrisa antes que con un discurso de empollon con gafas.

Es un secreto.

Eh. Eh. Si, te digo a ti. Quiero que me conozcas mejor. Como soy una chica sin secretos voy a contarte algunas cosas que no sabe casi nadie. Atento.




Soy vegetariana por que una pelicula me cambió las ideas.
Busco a mi principe azul en personas opuestas a mi.
Cuando conozco a un chico en lo primero que me fijo es en las manos.
Me gusta leer libros en los que me sienta identificada con la protagonista.
Para escribir agusto necesito un boli y un cuarderno que me gusten.
Desde pequeña siempre he querido cambiarme el nombre

Resaca de sentimientos





Suena el móvil. La melodía te taladra los oídos. Qué hora será..
Te sientas en el borde de la cama y dices para ti misma, madre mía la de cosas que sentí ayer.

Y si que sentiste cosas si. Quizá demasiadas y ahora todas se amontonan en tu cabeza y se mezclan con la resaca.

Ayer viste a ese chico que hasta hace un par de meses era el único que te podía hacer sonreír en los malos momentos, ese con el que te tirabas horas hablando y al final acababas regalándole un trocito de tú ''yo'' mas profundo. Y ahora pasa por tu lado y gira la cara para no verte.

Abrazaste a desconocidos y por uno segundos te sentiste querida por ellos y luego se borraron de tu cabeza.

Hiciste una llamada y nadie respondió. Hace tiempo que esa persona ya no responde a nada. Y aunque no sabes por que la sigues llamando mejor amigo.

Y también te sentiste enormemente feliz al volver a ver a esa persona. Sentir como te abrazaba cariñosamente. Como te sonreía al hablar. Y tu por dentro te decías a ti misma, !pero que perfecto es! Y volvías a sentir todas esas maripositas que antes ya habías sentido con él.
Y en realidad no sentiste nada nuevo, solo recordaste sentimientos.



Gracias a ellos aprendí a escribir cartas de amor.



















Las mujeres, por razones que todavía ningún científico han logrado descifrar, adoran a los malos. Los tipos demasiado buenos las hacen bostezar y las hacen decir mentiras piadosas para esconderse de ellos.

Este texto de Marta Orrantia trata de resolver ese particular enigma femenino, mientras tanto, Juliana Galvis decidió ir mucho más allá y se acostó con el diablo.
“A las mujeres hay que tratarlas bien, porque si no se enamoran de uno”, decían por ahí cuando yo estaba empezando la adolescencia. A lo largo de los años constaté que es cierto. Salí con mujeriegos, borrachos, vagos y vividores. Lo que me atraía de ellos era esa perpetua cara de tortura, la ceja levantada y la promesa de una aventura nueva cada día.
Me gustaban los mechudos de barba de tres días; los tacaños que jamás invitaban porque siempre -según ellos- estaban pelados, pero al mismo tiempo estrenaban camisa diaria; los abusivos que me pedían plata prestada para irse de viaje (y no me llevaban); los que me regalaban “una canción” o “la luna” cuando estaban en plan romántico, en lugar de darme un disco o una noche en la playa.
Gracias a ellos, aprendí a escribir cartas de amor. Lloré en el hombro de vecinos más buenos, pero más aburridos que mis patanes enamorados. Me aguanté los regaños de mis papás y salí a escondidas a encontrarme con esos tipos “prohibidos”, que uno no le puede presentar a su tía abuela porque le da un soponcio.
Pero esa no soy sólo yo. Desde que el mundo es mundo, en la realidad y en la literatura, las mujeres se han enamorado de quien no les conviene. De aquel hombre contra el que su mamá -seguramente con algo de conocimiento de causa- siempre le advirtió. Pongamos el ejemplo de la muy elegante y femenina Lady Marian, enamorada del patán de Robin Hood. Me imagino a sus papás diciéndole: “Ese tipo es un ladrón. No respeta la autoridad. Es un borracho que pasa el día entero con sus amigotes y ni siquiera tiene casa propia. ¡Vive en un bosque, Marian! ¿Qué te puede ofrecer?”. Pero ella, la más terca, les responde que no, que el tipo es bueno, que tiene cualidades como que les reparte todo a los pobres, que es generoso, es el mejor en su oficio, tiene buena puntería, y que si tiene un defecto pues ella lo va a cambiar.
Porque esa es otra. Nosotras pensamos que los vamos a cambiar. Que a nuestro lado los malos del mundo se volverán mansas palomas. Mentira. La única que logró la hazaña -ya demasiado tarde, por cierto- fue doña Inés, la enamorada eterna de otro maloso: Don Juan. Semejante sinvergüenza, y ella, una dama, convencida de que el tipo iba a dejar sus andanzas. Paciente, tontarrona y sumisa, Inés esperó a que éste se volviera bueno y cuando finalmente recapacitó, lo mataron.
Pero dejemos la ficción a un lado. El prototipo de malo no es un personaje inventado, sino un hombre de carne y hueso: James Dean. A todas nos gusta la chaqueta de cuero, la moto, el mechón, la imagen de rebeldía, el vive-al-reviente que pregonaba este tipo y que se volvió el amor platónico de las mujeres incluso muchos años después de que se mató por ir a toda en un carro, cumpliendo a cabalidad la frase que adoptó del también actor John Derek: “Live fast, die young” (vive rápido, muere joven).
Como él, muchos malos nos han hecho suspirar: Fonzy, el de Happy Days; Mickey Rourke, el de Nueve semanas y media; Marlon Brando y tantos otros actores, viejos y jóvenes, con actitud displicente y un gusto por hacer sufrir a su nena. Pero no sólo famosos caben en la lista. Cualquier mujer puede insertar aquí al amor de su vida, su traga de adolescente, el tipo aquel de los ojos verdes que perdió todos los años en el colegio y que tenía una voz bonita, el que le propuso matrimonio y luego no volvió a llamar.
La explicación no se considera tan sencilla como parece. No es sólo el gusto por lo prohibido lo que nos llama la atención. Resulta cierto que eso nos atrae. Parte de esa atracción por los hombres malos consiste en una rebeldía adolescente que nos obliga a buscar al tipo que va a hacer que al papá se le pongan los pelos de punta, que nos va a obligar a experimentar cosas nuevas y que nos va a enseñar sobre “LA VIDA”. Pero no es del todo cierto. La cosa va más allá.
Y va tan más allá que existen psicólogos y expertos dedicados a pensar en el tema. Incluso, como los gringos hacen estudios de todo, también existen estudios sobre este comportamiento, que ellos llaman la triada oscura, y que básicamente describe a un tipo a lo James Bond (otro de nuestros amores platónicos de la ficción): narcisista, arriesgado y manipulador. Según uno de los estudios, hecho por el científico Peter Jonason, de la Universidad de Nuevo México, las mujeres se sienten atraídas por los hombres que son vanidosos y egoístas, que buscan a diario nuevas experiencias y son impulsivos (una característica que también se asocia con sicópatas) y que les gusta engañar y manipular (conocido también como maquiavelismo).
¿Por qué? Según el doctor Jonason, las mujeres confunden estas características con masculinidad, y -ahí es donde entra el darwinismo- por eso piensan que tienen más posibilidades que los hombres del común para engendrar hijos sanos.
Eso quiere decir que buscamos a ese tipo de hombres por puro instinto, pero ¿qué pasa cuando por fin le metemos cabeza a la cosa? Porque sería comprensible si la leona escoge al león más melenudo, el que ruge más duro, el que le casca a los otros leones, para procrear con él, pero las mujeres tenemos algo más que hormonas rondando por ahí, y en algún momento hay que pensar: ¿Será que este vago mechudo bueno para nada, celoso y maltratador, es el hombre de mi vida? ¿Estoy haciendo lo correcto por mí y por mis futuros hijos?
Las respuestas también están en otro estudio gringo, esta vez del profesor David Schmitt, de la Universidad de Bradley, en Illinois. Schmitt hizo una investigación con 35.000 personas de 57 países, y si bien encontró que los hombres que exhibían las características de la “triada oscura” en general tenían más éxito con las mujeres, también encontró que ese éxito se traduce en cortos romances y no en relaciones a largo plazo.
Para aprender eso, la mayoría de las mujeres -yo incluida- no necesitamos estudios sino experiencia. Los malos son divertidos, sí, pero hay un punto en el que tanta aventura cansa. Lo de uno es permanecer. Llámenlo también instinto, pero las mujeres, tarde o temprano, nos aburrimos de tantas sorpresas y preferimos a los hombres predecibles, buenos, tranquilos, así sean un poco sosos. Lo que los gringos llaman el “nesting“, o sea, el hacer el nido, requiere un compañero que también ponga de su parte y no de un demente errático con quien no sabemos qué encontrar cada noche: ¿una fiesta?, ¿una pelea?, ¿una cena romántica?, ¿un juego de póquer?
O sea, que los tipos buenos se quedan con las mujeres al final del día. No con todas, claro. Existe el tipo de boba que se deja maltratar y vuelve con el rabo entre las piernas, como aquella historia de una mujer en la costa cuyo marido casi la mata, y luego de abandonarlo y aparecer con la cara deforme en todos los medios de comunicación, volvió con él. ¿Por qué? Ahí tal vez son ellas las del problema.
Lo cierto es que, si quieren levantar viejas, hay que dejar de abrir puertas, de regalar flores, de decir piropos y de pagar la cuenta. Hay que dejar de llamarlas al día siguiente, nunca expresar sus sentimientos, dejar de sonreír y de ser predecibles, y empezar a manejar como corredores de F1.
Un hombre que quiera enloquecer a las mujeres debe olvidar las reglas básicas de la caballerosidad. Debe hacerlas sufrir en pequeñas dosis con peleas inventadas, celos infundados y espectáculos teatrales en los que él hace el papel de deprimido y ella intenta a toda costa consolarlo, hasta que por fin él descubre que lo único que lo haría feliz sería un regalo costoso.
Si quiere que una mujer se enamore de usted, componga una canción bien triste, empiece a fumar como una chimenea y a emborracharse como una cuba, póngase un tatuaje misterioso y jamás cuente su origen, clávese un arete en la ceja o en la lengua y déjese crecer el pelo.
Pero al mismo tiempo, si quiere conservarla, haga justamente todo lo contrario. Como los hombres dicen, ¿quién entiende a las mujeres? Todas tienen el diablo adentro.















princesas sin coronas de sal que solo quieren algo diferente.

Tablones y tablones que se acumulan, frases que nadie sabe comprender, días que pasan y nunca volverán, noches en las que hasta la luna se rompe y yo sigo en pie. ¿A qué esta jugando el destino? ¿Cuántos sueños mas me tiene que romper para dejarme escapar de esta cuerda a la que algunos llaman vida? No entiendo por qué la gente se limita a conformarse con lo que tiene sea bueno o sea malo. No entiendo por qué no luchan, y se limitan a lucir una sonrisa pintada, que ni siquiera sienten. Yo estoy al borde de empezar a ser una de esas personas que se cae y tarda siglos en levantarse, una de esas personas que esta perdiendo las fuerzas para sonreír cada mañana. Es frustrante gritar sin que nadie te oiga, desgarrarte la piel por aferrarte a lo que quieres, y ver, como al final siempre caes el fondo del pozo, y tu piel se llena de heridas, y tu vestido azul se mancha. Y yo princesa sin corona de sal, me levanto, y escalo el pozo de nuevo, salgo de el, y lavo el vestido, pongo parches impregnados de ganas de vivir en las heridas de la piel, y sigo mi camino. Arrastro los pies por la tierra, y voy dejando mi lugar en el mundo, de vez en cuando alzo la vista y veo un sol hermoso, que calienta y que me hace sudar, que me mata de sed, pero veo su belleza, y eso me alienta para seguir, y sigo, pero siempre hay otro pozo. Algún pozo del que siempre se puede volver a salir, aún que se necesite ayuda, se sale, como de todo en esta vida si le pones ganas.











[...]













Llevo días pensando, en que todo lo del texto de arriba es cierto, y que casi todo se podría aplicar a mi vida. Cada vez que lo pienso digo: vaya mierda. Pero supongo que no soy ni la última ni la primera a la que le pasa esto, que solo es otra etapa más, y que acabará pasando, igual que las golondrinas del poema de Becquer acabaron en otro balcón, o igual que se acaba el verano. Por ahora, aún me queda mucho por hacer, muuuuuuuuuchas cosas que vivir, muchos pozos de los que salir, y muchos vestidos azules por estrenar. Ahora solo puedo vivir, demostrarle a la gente que de verdad quiero, que pueden contar conmigo para LO QUE SEA, y sonreír, aunque este dentro del pozo.





[...]




Que gilipollas dirán algunos, pues quizás si, aquí yo loca, quizá mejor que cuerda, escribiéndole a nadie, usando metáforas para comparar la vida con una cuerda, los sueños con un vestido. Pero de eso va sentir. Habrá personas que no entiendan este texto, pero habrá otras, las menos, que lo sabrán entender, que verán en cada palabra algo bonito, y que a su manera sabrán entender lo que en estas frases quiero decir.







[...]





· Recordamos, recopilamos ·




Mírate en un espejo y dime si de verdad odias tanto lo que ves como para cambiarlo de esta manera.




Hace tiempo que lo perdí todo.Hace tiempo que no me queda nada...y todavía hace más tiempo que vivo de falsas esperanzas.




Todo lo que te callas, te acaba matando por dentro.




Alguien que me diga que todo va bien




Que cuando me caiga, no me preguntes el como ni el porque.... simplemente levántame.




Solo alguien que me enseñe el significado de la palabra amor, sin usar el diccionario, solo con un beso unas flores o una canción.




Quizás no aprendí lo suficiente, quizá sigas siendo mi debilidad..




Hace tiempo que siento algo extraño en el pecho, algo que no me deja respirar, que me agobia, que no me deja pensar ni tampoco ser yo misma, algo que pensé que con el tiempo se solucionaría. Pero no fue así.




El final del camino se estrecha y siempre me lleva al mismo lugar ;




-Una línea, una raya en un papel

en un lado están las cosas que van bien

y en el otro, lo que sale del revés .Y lo miro y no puedo comprender

como el lado malo no para de crecer.



Es que va a ser... que al final no estoy tan bien...


Cada noche las mismas dudas.




Por ti ya no sueño;




Y antes de que te des por vencido, piensa que no es un juego, que es tu sonrisa, y tu felicidad




No tienes que prometerme la luna....

Me bastaría con que solo te sentaras conmigo un ratito bajo ella...




Imagina que puedes rebobinar al pasado, dar marcha atrás, borrar cada error, cada paso mal dado. Y créeme que más de una vez lo he intentado...






El corazón te pide vacaciones, dice que no aguanta mas mentiras...




-Habrá mejores días

en los que poder despertar

habrá buenos momentos

en los que no mirar atrás

poder continuar...












No queda aire para hablar
Sólo para respirar & empezar una vez más...




Estos días he pensado en mi forma de actuar

estos días he logrado dejar todo atrás...



Que ridículo es callarse cuando quieres decir que estás bien cuando todo va mal...




Mentiras, forman parte de tu vida las cuentas cada día...




No supiste valorarte... Has de saber que si no hubieses echo el idiota todo seria igual que ayer.




No caigas;




Que la vida te envenena si no dejas de comerte la cabeza.




NO BUSQUES UN PORQUÉ & SE FELIZ! :)





Dime una sola razón por la que todo esto merezca la pena...




Hubiera querido contarte mis miedos para convertirlos contigo en sueños.





Parece que esta a la moda ir de tontito,aparentar ser la persona que siempre tu habías querido, dime por que no te quieres aunque sea solo un poquito ni porque no eres tu mismo y no algo parecido.





-Alguien me dijo una vez que hay que elegir...

Sea lo que sea ganas o pierdes,

no se puede tener todo,

no trates de correr riesgos porque puedes sentir dolor.

¿Y qué si me duele?
¿Y qué si me rompen?

¿Y qué si todo va mal?

Mis pies se quedan sin suelo...

tengo que encontrar mi lugar.

No me quiero oír a mí misma

Porque yo estoy tratando de ser feliz,

sí, sólo quiero ser feliz.



Permitete sonreír sin motivo,permitete el ser feliz, por que tu mas que nadie, se lo merece.




Quien no arriesga, no gana...




Vuelve a ser lo de antes, por favor...



Y si has leído hasta aquí, Gracias.

Hay veces que te da rabia reconocer que el unico ser que te conoce de verdad, es un monton de folios unidos por un estupido muelle que nunca nadie leerá.

sueños soñados,


+Hey, estas llorando?

-No..

+No me mientas, estas llorando.

+Deja de llorar, no me gusta verte así, y dime por que lloras..

-Pues por que las cosas con mi amigos no van bien, en mi casa tampoco van demasiado bien las cosas, nunca he besado a una chica, necesito un abrazo y nadie me lo da.. Eso me pasa.

+Bueno, lo del abrazo yo lo puedo solucionar

se abrazan, y ella le da un beso en la mejilla a él ;

se separan y se quedan mirándose. Ella le seca una lágrima, y el se acerca lentamente a su boca. Se besan

-Creo que ya has solucionado dos.

Invéntate para mi.

Quizá esas historias, solo sean producto de la imanación de algún hábil escritor, pero son tan sumamente preciosas, que hasta hacen daño.. Pensar que existe alguien dispuesto a dar tanto por alguien, y que ese alguien no eres tu. Que una persona entre 10000s vendería su vida por otra, y tu nunca vas a ser esa otra... No se si esas historias existen, nunca he vivido una historia de amor. Ni corta ni larga. Me gusta el cariño, y los abrazos, y que se preocupen por mi, pero tengo miedo, pánico, terror, al compromiso. Me bloquea totalmente saber que pertenezco a alguien, por mucho que lo quiera. Pensar que por estar con alguien voy a tener que cambiar, y no me importa cambiar, pero me da miedo no acertar con los cambios.. No se si me explico.. Me agobian los excesos de amor, y me empalagan las palabras sobre cursis. Quiero que me quieran, quiero una historia de amor bonita, pero no quiero cuerdas que me aten, que no me dejen decir lo que pienso, lo que siento.. Quiero algo que no si existe.

Descarrilo


Empiezo a desvariar, y como un tren roto acabo por descarrilar. Descarrilo en lágrimas en mitad de una clase.

Exactamente no se por que lloro, y me pierdo entre la imagen de tu sonrisa y mi voz...Sé que lloro por ti, por que vienes cada segundo a mi cabeza, pero no se si lloro por que tu perfección me supera, y me hace verte inalcanzable, o por el hecho de no ser valiente, y decirte lo que siento... No lo se, el caso es que lloro... Mi llanto suena a eco, a risas ahogadas, a miedo, y a soledad.También suena a melodías que nunca he llegado a escuchar... Como la melodía de aquel chico beatle, o la de ese niño pijo, o la del chico de las gorras.
¿A que sonará tu melodía? No lo se, pero quiero descubrirlo. No puedo más. Todos me miran como si nunca hubieran llorado, como si estuviera haciendo algo malo. Salgo de la clase, con paso firme, aunque por dentro tiemblo, y te veo. Te veo, te miro, contemplo tus movimientos. Menos mal que tu no me ves. Y al fin desapareces cuando cruzas el umbral de la puerta, para comenzar tu clase... Destino, ¿Por que eres tan cruel? No quería verlo, no al menos en ese momento, y tú… Tú me lo pones delante. Estúpido destino. Voy al baño, me lavo la cara, y aclaro mis ideas. Tengo que volver a clase. Abro la puerta y todo el mundo se gira. Vigilan mis pasos desgarbados, miran mi cuerpo de arriba a abajo, y se detienen en mi cara, intentando adivinar por que lloro. Alguno incluso le comenta a otro que lloro por la nota de un examen. !Que equivocados están todos! Ni siquiera yo lo se, como para que ellos lo sepan, pero claro está que no lloro por ningún examen. Me siento, y me siguen mirando. Me incomodan y hundo la cara entre las manos para refugiarme de sus miradas. Es ahí, entre el hueco que queda entre mis manos y mi cara, donde de golpe me encuentro con mis sentimientos. Me doy cuenta de que lloro, y de por que lo hago. Y como sospechaba lloro por ti... Por que te quiero, y por que tu a mi no, por que todavía no se muy bien lo que quiero en mi vida, y me doy cuenta de que sea lo que sea que quiera, se parece a ti...Y sigo excavando entre mis manos y mi cara, y encuentro más motivos para llorar, pero no lo hago. Y sigo y sigo buscando motivos de mi llanto, pero se me acaban. Encuentro tus bonitas sonrisas, y tu aroma, y tu voz, y el tacto de tu piel... Todo por ahí escondido, es entonces cuando sonrió, y de las lágrimas ya solo queda el rastro húmedo que dejaban por mis mejillas. Sigo pensando, y aparte de ti, hay más cosas por las que sonreír, como esa rubita de ojos azules a la que yo quiero con locura, y que se ríe de mí cada vez que te nombro. Hay más motivos por los que sonreír, pero todos acaban relacionándose contigo... Se podría decir que últimamente todo, o casi todo mi mundo gira a tu alrededor... Y aunque todo gira, yo siempre me veo quieta, ocupando el mismo lugar, y eso me da miedo. Me gustaría seguir indagando en los motivos que tengo para sonreír, pero un odioso timbre me devuelve a la realidad. Recojo sin ganas, mientras todos corren desesperadamente por los pasillos, en busca de nadie sabe que. Termino de recoger, y me coloco frente a la puerta. En la clase ya no queda nadie, y yo tengo miedo de volver a la realidad sola. Los pasillos... No, no quiero salir de la clase, por que es uno de esos pasillos también estas tú. Digo tu nombre en voz alta, y tengo ganas de correr, o de saltar por la ventana, pero no lo hago, y abro la puerta que me lleva a uno de esos pasillos. La gente corre en busca de amigos a los que contarles alguna tontería sin sentido, otros gritan, otros callan para no llamar la atención. Yo en cambio, no hago nada y me quedo quieta, contemplando aquel bullicio, y rezando lo poco que sé para no cruzarme contigo. Parece que mis rezos no son en vano, por que el pasillo se vacía de gente, y tú no apareces. Derepente, un impulso me llena el cuerpo de una rara fuerza que me obliga a correr, con todas mis ganas, como una fugitiva en el lejano oeste. Y corro y corro, y no paro, y llego al recreo. Jadeo, y mi respiración se corta bruscamente, y mi corazón me pincha y casi no late. Pobrecito corazón mío... Entre estos amores locos, y estas carreras lo estoy matando. Fijo la mirada en un punto, y me doy cuenta de que soy idiota. Por que fijo la mirada en ti... Si, realmente soy idiota, por aunque verte sin poder tenerte me hace daño, no aparto la mirada de ti, pero es que eres tan bonito, que es difícil. Otro timbre suena, pero este lo agradezco, por que me saca de mis cavilaciones, y me obliga a dejar de mirarte. Es curioso ver como algo que a veces odiamos, otras nos puede ser tan útil, e incluso lo agradecemos. Vuelta a las clases, pero es ultima hora y además viernes. Tan solo una semana para mi cumple. 14 años, que bien suena. Me paso la clase, cotorreando, pero pensando en ti a cada segundo. La clase se termina, y ahora si recojo con ganas, y bajo las escaleras deprisa, y me sumerjo entre la gente, y te busco con la mirada pero no estás... Te has ido ya, o yo no te veo. Y camino rumbo a mi casa, o quizá rumbo a ningún lugar. Creo oír tu voz, y me giro, pero solo es un idiota, que me parece mas idiota aun cuando descubro que vuestra voz es similar, y lo odio, por tener tu voz, y no ser tu. Lo odio, por haberme creado la ilusión de que tu estabas trás de mi, pero no, solo era su voz...Llego a casa, y me siento. Me paro a pensar, y de pensar se me olvida masticar y me atraganto con lo macarrones, y me empiezo a reír, cuando casi no puedo respirar... Cuando alcanzo a respirar, me doy cuenta de que pensar no sirve de mucho, y que lo importante es actuar.Me digo a mi misma, que quizás, yo también actúe, pero que todavía no me sé bien el guión, y aunque por dentro me muero de ganas de estrenar ya la función, debo esperar, y que el director me muestre por que camino tengo que dirigir la interpretación de mi papel...

Como Shakespeare sin musa

Tengo algo en el pecho que empuja a llenar folios y folios. A mancharlos de tinta, y emborronarlos después. Antes, todo era fácil. Escribía largos textos. Expresando sentimientos, gritando deseos, formando largas sinfonías de palabras. Y ahora ... Soy como Shakespeare sin musa. Como verano sin noches de reflexión. Poeta inspirado sin folio cerca donde escribir. ¿Donde quedaron mis inspiraciones? ¿Dónde? Se fueron prometiendo volver sin demasiada demora a llenar de nuevo mi corazón.. Tenían nombre y apellido mis inspiraciones. Y andares, y holor, y sonrisa .. ! Que sonrisa! Dos colmillos asomaban un poco por encima de los demás dientes. Inspiraba con su simple presencia. Aunque estuviese callado. Aunque estuviese quieto. Eran sus manos las que animaban a las mías a moverse para transformar mi amor en palabra. Él era mi muso, y yo era la poeta solitaria que escribía para lograr su amor..Escribí mil textos. Y todos se los hice llegar de alguna forma. Los comprendió y comentó algo sobre ellos. pero no calaron hondo en su corazón.Los textos. Mis textos. Lo que sin querer yo escribí para él. No le dejaron sin palabras. No le pararon el corazón`por un segundo. No le helaron el aliento, ni le congelaron una lágrima sobre la mejilla. Y ahora ya no es muso, si no anhelo en mi corazón. Y sólo quiero que vuelva, y me libre de ser poeta sin inspiración

te quiero; del verbo amor

Hoy han preguntado que qué tal llebo mi libro ... Mi sofá. Hacía tiempo que nadie preguntaba por el. Está perdido entre las dudas que cada mañana me asaltan cuando te veo aparecer con tu sonrisa tonta adornada por esa pequeña marquita encima del labio. Es otro proyecto empezado sin acabar. Seguimos teniendo historia. Nuestra historia peculiar. Nuestras sonrisas a medio gas. Y nuestras mutuas putadas. Seguimos igual. Como siempre, pero yo un poco más curtida. Con unos cuantos palos más en el cuerpo. Con el mismo amor, pero dispuesta a darte un poco menos. Y como siempre corriendo tras la vida para robarle las sonrisas que me pertenecen.

La vida es igual sin ti.



Para algunos vivir es galopar un camino empedrado de horas, minutos y segundos. yo más humilde soy y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo, me transporte mecido hasta el siguiente.