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Si con palabras pudiese explicar todo lo que tengo dentro, acabaría desangrándome.

La locura de los que conocen la realidad

El dolor aprieta y no hay quien pare esta condena. Los que parecían salvados, hoy son condenados a la cruda realidad. Mostrados como payasos, fustigados como criminales. ¿Cúanto de criminal tiene el que solo lucha por la libertad? La sociedad nos ahorca, nos vende la soga, y después nos llama locos.
Loco, ¿quién es más loco? ¿El que lucha para realizar la utopía o el que grita para decir que no es posible? Quizá si estemos locos. Nos han enloquecido ellos con si sucia palabrería usada como metralla, con su desprecio hacia lo natural, lo humano, cambiándolo siempre por un fajo de billetes y unas cuantas monedas.
Dime tú como puedo no estar loca si estoy viviendo.



Sal del molde

Mi salvación, a veces también mi condena.
¿Cúal es el precio que hay que pagar por no ser una más? En mis carnes lo pago día a día y aun no sé cúal es.
Atrapada en una sociedad dónde me repugnan la mayoría de las cosas. Una sociedad podrida, de plástico. Una sociedad enferma, que me pone mala.
Rodeada de cabezas huecas que parlotean sin sentido alguno, que llenan los huecos con bolsas del Corte Inglés, tan repletas y vacías a la vez. Cabezas que nunca serán como la mía, que nunca podré comprender. Ni ellas a mi.
¿Dónde se coloca la pieza del puzzle que no encaja?
Lloré mientras los veía intentando recortar la pieza, cambiarla de forma para hacerla encajar, mientras ella gritaba e intentaba volverse de acero.
Me dio asco, y también pena que no quisieran empezar un nuevo puzzle, que hicieran y deshicieran siempre el mismo.

Por si acaso quieres pensar que lo escribí pensando en ti.

Recuerdo aquella tarde. Calurosa, demasiado calurosa para ser octubre. Aquél tipo llegó tranquilo, como si hubiese hecho eso mil veces antes. Quizá yo sólo fui la mil una. Su tranquilidad contrastaba con el extraño cosquilleo que recorría todo mi cuerpo -todo- y con aquella timidez que ocultaba tras unas gafas de sol.
Se acercó a mi, andando como andan los tipos de las películas cuando estas a punto de hacer algo que marcará el desarrollo de toda la trama. Hola y dos besos, estas dos cosas muy de la vida real.
Caminamos hasta un bosque mientras nos pasábamos un litro de cerveza, fumábamos compulsivamente e intentábamos buscar temas de conversación que no fuesen demasiado estúpidos. Llegamos a una mesa en mitad de un bosque -si hubiese sido una película de miedo ese hubiese sido el lugar donde hubiesen matado a la chica guapa, pero esto era la vida real- y ahí fue donde comenzamos a besarnos. Un poco después caminamos buscando un lugar apartado y el resto es cuestión de echarle imaginación.
Nos volvimos a ver muchas veces. En el bosque, en su cama, en la mía, en su sofá..
Pronto me di cuenta de que no iba a ser una historia de amor, sino una película porno.
Durante nuestros encuentros hablábamos de esto y lo otro, en definitiva nunca hablamos de nada. Nos comunicábamos a través del sexo, con el roce de nuestros cuerpos, el calor de nuestras manos buscando el sexo del otro..
Había sexo, también atracción física, pero en eso se quedó. Según transcurrían nuestros encuentros, me dí cuenta de que no llegaríamos a nada más que unos cuantos orgasmos y con suerte algún recuerdo del que echar mano cuando el porno no estuviese disponible.
Poco después, también descubrí que el chico que había aparecido por casualidad en mi vida poco tenía que ver con lo que yo había imaginado que era, pero continué perdiéndome entre sus embestidas y mis jadeos.
El sexo se volvió poco interesante, monótono, aunque más placentero que al principio si cabía.
Mis orgasmos nunca llegaron y jamás volví a verlo.

Teatro




                         
                             No hay mayor comedia, que la vida misma.


15-4-2013

¿Cuántos sueños aun te quedan?
¿Cuántas cosas ya no dices?
¿Cuántas cosas querrías hacer?
¿Cuántas vallas querrías romper?

Cúmplelos.
Escúpelas en un folio y dilas.
Hazlas, invéntalas si no existen.
Sáltalas, quémalas.

15-4-2013

Despierta,
alza la voz,
ponte las medias de rejilla princesa,
sal a la calle sin sostén,
resiste hasta un nuevo amanecer.

Sé dura como el acero,
libérate de la rabia,
quema estereotipos.

Haz el amor y no la guerra
pero alimenta tu espíritu de guerrera.
Rásgate las vestiduras,
grita en nombre de la libertad.