Dejé que me interrogara. Con cada pregunta que hacía me acercaba más a mi misma.

Examen de sintaxis

Para mi no es mas que un folio en blanco, una cárcel. Para otros, para la mayoría, es el billete hacia su futuro, un futuro que todavía no existe y ellos creen que ya pueden tocarlo.
Quizá yo no soy como ellos, o ellos no son como yo.
Mientras llenan folios y folios con información que ayer tarde memorizaron, que ahora escupen sobre el folio y que mas tarde olvidarán, yo, escribo estas lineas intentando rescatarme a mi misma. Escribo sentada en una mesa en la que no quiero estar, en la que quizá nunca quise estar y otros me convencieron de que si.
Escribo rodeada de gente, pero sola, perdida en mi cabeza, que solo lucha por escapar de este aula sin salir por la puerta. Mi cabeza, tan distinta a las suyas aunque parezcan iguales.
Todavía quedan 20 minutos o mas de esta condena. Lo llamo condena, por que para mi lo es. La más grande y absoluta de las condenas que podían imponerme. Una condena, que para otros es la mayor de las glorias. No puede ser mi gloria, puesto que con el paso de los días, este aula se ha convertido para mi en el mayor de los infiernos. Condena a estudiar cosas que no me interesan, condenada a dejarme modelar, condenada a tirar mis sueños a la basura. Condenada a una rutina de lágrimas y suspiros de la que no sé cómo voy a escapar. Estoy siguiendo este camino lleno de piedras que me rasgan la piel de las plantas hasta hacerme sangrar, y que tan siquiera se aproxima a mis metas. Un camino que no me lleva a ninguna parte y además parece nunca acabar. ¿Cómo voy a escapar si estoy atada de con cadenas? ¿Cómo voy a gritar si nadie escucha?
Vivir en su cielo es el mayor de mis infiernos.