¿Así que quieres ser escritor?

Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.


Charles Bukowski.


Rebuscando entre la poesía de Bukowski he encontrado este poema y solo puedo decir AMÉN. Si no te nace no lo hagas.  Por si queréís leer algo más pongo aquí el blog donde suelo leer a este hombre y el más completo que he encontrado: http://solobukowski.blogspot.com.es/





Proyectos

Tengo esto un poco abandonado últimamente, pero ando embarcada en otro proyecto que me quita todo el tiempo. ¡¡ESTOY ESCRIBIENDO UN LIBRO!! Bueno, en realidad, coescribiendo con otras 7 personas. Os cuento un poco, se trata de una versión socio-política del cuento del flautista de Hamelín. Lo estamos haciendo en un taller de escritura que se hace en mi instituto todos los años, con los consejos de un profesor de lengua castellana y literatura. El libro va a tener 22 capítulos, los cuales nos hemos repartido entre todos, y ahí estamos, creando poco a poco nuestra historia (aunque somos tan distintos en todos los sentidos que no nos ponemos de acuerdo muchas veces). De momento hemos escrito los 12 primeros capítulos y parece que va quedando bastante bien, aunque tenemos que darnos mucha prisa para llegar a la fecha que tenemos marcada. Tenemos que tener todo escrito y revisado para el 31 de Marzo, para llevarlo a la imprenta y que nos de tiempo a tener todo listo para presentarlo el día 24 de Mayo (o 23, no recuerdo bien).

Ilusionadísima es poco, siempre había querido escribir un libro (de hecho empecé uno y lo dejé a medias), aunque eso de coescribir nunca me ha gustado demasiado, pero bueno, está siendo un reto y estoy deseando tenerlo en mis manos.

¡¡Os contaré más, y espero que lo leáis!!

PD: Tengo un montón de ideas para escribir, así que en cuanto acabe el libro, me pondré manos a la obra y subiré muuuuuuuuchos textos (o eso espero, no vaya a ser que mis musas se fuguen cuando tenga tiempo para escribir)

MUCHAS GRACIAS!!

Muchas gracias a todos los que os pasáis por el blog 
y me leéis, por hacer que siga actualizando esto con tanta ilusión.
¡UN BESAZO!

SIN TITULO

¿Cuándo vamos a perderle el miedo a los ombligos?
¿Y a las noches oscuras?
¿Y al tiempo que se escapa?
¿Y al silencio que nos separa?
¿Y a los momentos que no volverán?
¿Cuándo, cuándo?
¿Cuándo vamos a perderle el miedo a los ombligos?
Tan sólo son nuestra primera cicatriz.

La osadía del miedo.


He tenido el infierno a mi lado
y su suspiro de hielos aún gotea en la bañera.
La he ido llenando de sal para que todos creyeran
que era de lágrimas.
Y he dejado reposar la mentira como si fuese un naufragio,
como un dolor que al menos yo podría controlar.
No es casual que el triste de una mirada
reluzca como el olvido
y es absurdo intentar justificar el deseo
en recaídas.
Todos, siempre, tenemos más miedo de los daños
que ilusión por la vida.
Y lo entiendo.
Pero he limpiado la ceniza
y he abierto las ventanas y cerrado el sumidero
y he comprado bombillas, libros, hachís
y cerveza.
Y he añadido nuevas canciones al playlist.
Verme a mí mismo sonreír
como una puta revolución, pero por dentro,
y a mi lado el deseo y su ramo de dudas entre los gusanos
por si los muertos no asustan.
no sé si me entiendes, pero yo sí.
A veces me cuesta tanto explicarme.
Y ahora parecemos incómodos en nuestras canoas,
como si se nos mojaran los pies
[o] no quisiéramos seguir remando.
Como si quisiéramos estirar un poco las piernas.
He tenido que separar sentimientos, diferenciarlos,
darles una estructura, concederles el derecho a réplica
y dictar una sentencia con fórmula de pregunta,
de callejón sin salida,
de gol sin red.
Es decir: he tenido que enhebrar el desorden
en que sobrevivo
juzgando a cada miedo por su osadía.
Y sonrío, al fin
sonrío.
Tranquilo como un charco que ya nadie pisa
y todos bordean.
Pero hirviendo por dentro, como si pudiera evaporarme
con solo escribirlo.
Me voy a desnudar y a meterme en la cama.
La puerta está cerrada, pero dejo la ventana abierta.
Solo tú podrías entrar.
Hay cerveza en la nevera, hachís encima de la mesilla
y poesías por todas partes.
Te espero soñando.
No me despiertes si no es para follarme.


Anónimo.