Sin título
Qué pequeñita y sola me siento en este necio mundo.
Tan frío, tan oscuro, tan vacío.
Qué desubicada me siento en este ir y venir de gentes incapaces de encontrarle al corazón otra utilidad que la de ocupar espacio en el pecho.
Cuánto echo de menos esas manos que no conozco y todavía no me han siquiera tocado.
Tan frío, tan oscuro, tan vacío.
Qué desubicada me siento en este ir y venir de gentes incapaces de encontrarle al corazón otra utilidad que la de ocupar espacio en el pecho.
Cuánto echo de menos esas manos que no conozco y todavía no me han siquiera tocado.
Salvado por los pelos
En tiempos remotos,en los que los marineros y los piratas surcaban los mares la mayor parte de ellos no sabía nadar; más aún, había muchos hombres de mar que no podían siquiera mantenerse a flote en caso de naufragio debido a que la capacidad de nadar no era una condición “sine qua non” para ingresar como tripulante.
De ahí que, cuando un día el jefe de cierto cuerpo de la Armada, quizá guiado por razones puramente higiénicas, dio orden de rapar la cabeza de todos sus hombres, estos se alzaron en clamor de protesta y rebeldía, alegando que la medida atentaba contra su vida, debido a que de esa manera se les privaba, en caso de naufragio, de una forma de asidero, dado que muchas veces eran salvados de una muerte segura al ser tomados de los largos pelos de su cabeza.
Y de aquí la expresión ¨salvado por los pelos¨.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)