ODIO
No
sabes que cada mañana me miro en el espejo,
me
sonrío con todos los dientes rotos
y
lucho por aflojar el nudo en la garganta que nada mas nacer me
pusieron a modo de collar y
que
no me deja gritar que quiero ser libre
ni
extender mis alas sin miedo a que la sociedad me tache de loca
o
venga la policía moral a cortármelas.
Podéis
llamarme loca y os diré que sí, que lo estoy, que la locura está
instalada en cada poro de mi piel y que antes me la arrancaré que
arrastrar mis pies por el mismo camino que todos siguen ciegos, a
sabiendas de que acaba en un precipicio, a cambio de una vida de
plástico.
No
compensa andarlo si no puedo vivir sin tapujos, sin prejuicios, sin
miedo.
No
pienso sentirme culpable por que mi culo no quepa en unos cánones
machistas,
ni
voy a avergonzarme de mi sangre menstrual, como si el crimen fuera
ser mujer y no que me maten solo por serlo,
tampoco
van a volver ha hacerme sentir inferior por querer vivir creando arte
en lugar de resignarme a suicidar mis sueños en una oficina gris,
jamás
voy a volver a callarme ante la injusticia a la que todo el mundo
asiste pero nadie denuncia,
y
enseñaré las tetas hasta en la conferencia episcopal si es lo que
hace falta para que el mundo entienda que, solo yo, dueña de mi
cuerpo decidiré sobre él.
No
pueden parar vuestras jaula todo lo que nace en mi pecho y quiere
salir y en un intento desesperado de escapar de una sociedad vacía
que no comprendo, mis manos agarran un lápiz y me hacen libre en
forma de poema.
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