A la izquierda una piel morena,
a la derecha una puerta de huída.
Es todo lo que tengo, y a veces me parece tan poco, otras casi creo que es suficiente.
No sé a qué juego estoy jugando, por si acaso tiro los dados y si sale cuatro me tapo los ojos y miro sin ver.
Si no me doliera no estaría escribiendo. Le he preguntado 55 veces al folio si duele porque cura, como sal en tus besos, o me está borrando el alma.
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