La última
cama en la que he gemido es casi tan grande como la tuya. Pero no suena igual,
no sabe igual. No la mojo igual.
Y yo quiero
llorar en tu pecho, que me beses la frente, hablarte de mi abuelo, arrastrarte
conmigo a algún teatro.
Yo me acuesto en otras camas.
Y otras
en la tuya
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