Fragmentos de una cama

La última cama en la que he gemido es casi tan grande como la tuya. Pero no suena igual, no sabe igual. No la mojo igual.
Y yo quiero llorar en tu pecho, que me beses la frente, hablarte de mi abuelo, arrastrarte conmigo a algún teatro. 
Yo me acuesto en otras camas.
Y otras en la tuya 
                                                     Que el fin del mundo nos pille bailando.
Algún día, no hoy, y seguramente tampoco mañana, pero alguno, voy a encontrar en quién quedarme. Hacer nido. Acurrucarme. Dejar la armadura abollada en el suelo. Quedarme tan desnuda que se me vean hasta las costillas, Y lo que hay debajo de ellas: besos, vasos, miedos, dudas, sueños, ganas.

Y no me va a dar miedo tener el alma en los huesos.