Cosas que debieron ser historias

No te echo de menos, simplemente te echo.
Y a ratitos te dejaré volver para que me duelas, eches sal en la herida y pueda sentirme viva, aunque sea viva de recuerdos muertos.



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Tengo una herida de bala en el hombro, mete los dedos en ella, hazme sentir viva.

No me he vuelto a quitar la armadura desde la última vez que te besé sin saber que era la última, total para qué, si me quieren follar que me follen, pero que no me quieran si no son tú.



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Y ahora nos damos un beso de más.


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Eres mi colección de heridas favorita.



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Escribo con plumas de las alas del tiempo que voló.

6/12/2014

Cuídate y no llores mucho, me dijo, aunque sabía que no me iba a cuidar nada y que iba a seguir inundando de lágrimas autobuses y camas, sitios oscuros en los que nadie mira.

Yo no le contesté, para qué, iba a creer lo que le diera la gana. Como siempre.

Subí al primer autobús que pasó, no podía perderme más. Ya estaba todo lo lejos que podía estar de cualquier lugar.
Y no lloré, me desangré.
Escribí poesía en el vaho de los cristales, o tu nombre, es lo mismo.
No llegué a ninguna parte y acabé en tu casa.

No he vuelto a escribir poesía desde entonces, no me cabes en un verso.

"La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.”
                                                                    Heinrich Heine.
Tengo un hueco en el hombro y me faltan besos con los que llenarlo.
Ya nadie me cuenta los lunares, ni busca excusas para mancharme la piel de marcas de dientes.
Se me ha borrado la sonrisa que dibujabas en la espuma de la cerveza, y los cardenales que significaban que nos habíamos querido muy fuerte, con gemidos.
He estado en otras camas. No he vuelto a dejarme querer, no he podido.
                         
                                                      [...]

No he vuelto a verte desde aquel día en que te hice cosquillas y me reí como una niña y no te dije lo que quería decirte; y ahora me arrepiento.



                                                      [...]

Y eso, que en mi basura todavía guardo la copia original de las cosas que quise y nunca te dije.