¿Cuanto tiempo mas agarrándome a un clavo ardiendo? Me apreto al pecho las mentiras que me hacen sonreír mientras se clavan en mi blanda piel y me desangro, lenta y dolorosamente. Nunca he sabido poner punto y final a nada, he preferido llevarme mil golpes, salir herida, con los labios rotos de guardarme palabras, con las manos empapadas de tapar lágrimas. Siempre agotando las cosas, exprimiéndolas hasta que están tan rotas que en nada se parecen a lo que eran. Será que soy poeta y no se salir de las cosas si no es demasiado jodida. 

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