Cartas incompletas III

Y ahora ya no puedo sacarte de mi cabeza. No puedo evitar perder horas y horas pensando en ti, escribiéndote, deseando encontrarme contigo en cualquier esquina de la ciudad y verte sonreír y creer que lo haces por verme a mi, y aspirar muy fuerte tu olor para echarte menos de menos cuando te vayas. Lo que pasa es que aunque todavía no se como ha pasado, has marcado mi piel, por dentro y por fuera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario