Cuando..

Como si tuviera un ajugero de bala en el alma. Así me siento cuando no estás. Cuando sólo puedo tocarte con la punta de los dedos porque ya te estás yendo. Cuando ya no hablas y sólo caminas hacía delante escapando de mi, o de lo que fuimos y ya no quieres ser. Cuando ya no quieres ni hablar de amor ni hacerlo conmigo, y ni siquiera me miras a los ojos para decir adiós. Y de repente te vas. Y ya nunca más vuelves. Y las mariposas que viven en mi tripa se convierten en gusanos de seda que tejen para cubrir los huecos que tú dejaste.

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