La locura de los que conocen la realidad

El dolor aprieta y no hay quien pare esta condena. Los que parecían salvados, hoy son condenados a la cruda realidad. Mostrados como payasos, fustigados como criminales. ¿Cúanto de criminal tiene el que solo lucha por la libertad? La sociedad nos ahorca, nos vende la soga, y después nos llama locos.
Loco, ¿quién es más loco? ¿El que lucha para realizar la utopía o el que grita para decir que no es posible? Quizá si estemos locos. Nos han enloquecido ellos con si sucia palabrería usada como metralla, con su desprecio hacia lo natural, lo humano, cambiándolo siempre por un fajo de billetes y unas cuantas monedas.
Dime tú como puedo no estar loca si estoy viviendo.



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