Sal del molde

Mi salvación, a veces también mi condena.
¿Cúal es el precio que hay que pagar por no ser una más? En mis carnes lo pago día a día y aun no sé cúal es.
Atrapada en una sociedad dónde me repugnan la mayoría de las cosas. Una sociedad podrida, de plástico. Una sociedad enferma, que me pone mala.
Rodeada de cabezas huecas que parlotean sin sentido alguno, que llenan los huecos con bolsas del Corte Inglés, tan repletas y vacías a la vez. Cabezas que nunca serán como la mía, que nunca podré comprender. Ni ellas a mi.
¿Dónde se coloca la pieza del puzzle que no encaja?
Lloré mientras los veía intentando recortar la pieza, cambiarla de forma para hacerla encajar, mientras ella gritaba e intentaba volverse de acero.
Me dio asco, y también pena que no quisieran empezar un nuevo puzzle, que hicieran y deshicieran siempre el mismo.

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