Poema sin título

Allá donde acaban mis manos
empieza tu pecho.
Mis suspiros peinan tu pelo,
mi boca lava tu sangre.
Con mis cabellos coso tu herida,
con palabras te hago mío
entonces cuando
entre mis manos te tengo,
cuando juegan mis dedos
en tus costillas,
cuando tus labios no tienen
otro dueño que los míos,
entonces
ya no te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario