Mariposas en la tripa

Marta se acurrucó un poco mas bajo las sabanas. Hacía horas que intentaba dormir pero solo conseguía pensar y recordar.
Sintió algo parecido a las mariposas en la tripa que se tienen cuando se suspira por amor.
Cerró los ojos y casi pudo volver a sentir sus labios caminandole por el cuello. Sonrió bajo las sabanas y se dejó inundar por todas las sensaciones que aquella tarde había sentido: sus miradas de reojo, los besos con los ojos cerrados, la forma en la que le mordía el labio, como le cojía de la mano, la manera tan tonta en la que se reía en mitad de los besos, ese pequeño gesto de levantarle las gafas de sol para mirarle a los ojos..
Las mariposas le subieron hacia la boca escapándose en forma carcajada. Se sintió tan bien aquella tarde... Casi casi pudo sentirse como en una nube, pero aquellos besos solo habían sido un juego. Suspiró. Deseo que ese juego se volviese a repetir.
Sonrió amargamente. ¿Por que no podía ser ella de esas personas que nunca se enamoran? De esas que van de flor en flor, a las que no les duelen las palabras y nunca nunca recuerdan los besos dados..

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